Un líquido contenido en un recipiente ejerce fuerzas contra
las paredes de éste. Para describir la interacción entre el líquido y las
paredes conviene introducir el concepto de presión, que se obtiene dividiendo
la fuerza entre el área sobre la cual actúa la fuerza:
Presión
=fuerza/área
La presión que un
líquido ejerce depende de la profundidad; sin embargo, también depende de la
densidad. Si te sumergieras en un líquido más denso que el agua la presión
sería mayor. La presión de un líquido es exactamente igual al producto de la
densidad de peso por la profundidad:
Presión del líquido = densidad del peso ×
profundidad
Esta ecuación de las definiciones de presión y densidad.
Imagina una superficie en el fondo de un recipiente con líquido. El peso de la
columna del líquido que hay directamente arriba de esa área produce presión.
Según la definición:
Densidad de peso=peso/volumen
Se puede expresar
este peso de líquido como
Peso = densidad de peso × volumen
Donde el volumen de la columna
es tan sólo el área multiplicada por la profundidad. Entonces, se obtiene
Para la presión total, a esta ecuación se debería sumar la
presión debida a la atmósfera sobre la superficie del líquido.
Dicho con sencillez,
la presión que ejerce un líquido contra las paredes y el fondo de un recipiente
depende de la densidad y la profundidad del líquido. Si no tomamos en cuenta la
presión atmosférica, a una profundidad doble, la presión del líquido contra el
fondo sube al doble; a tres veces la profundidad, la presión del líquido es el
triple, y así sucesivamente.
O bien, si el líquido
tiene dos o tres veces la densidad, la presión del líquido es, respectivamente,
dos o tres veces mayor, para determinada profundidad. Los líquidos son
prácticamente incompresibles; esto es, su volumen casi no puede cambiar debido
a la presión. Así excepto por los cambios pequeños producidos por la
temperatura, la densidad de un líquido en particular es prácticamente igual a
todas las profundidades.
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